De Costa Rica a Ginebra. ¿En camino a una nueva ley internacional sobre armas autónomas?

Por Gisela Luján Andrade / Perú por el Desarme – Sehlac Perú

El primer trimestre de 2023 ha otorgado interesantes atisbos de esperanza a todo ese colectivo internacional – compuesto por Estados, organismos internacionales y sociedad civil – que considera inaceptable, desde toda perspectiva, que las máquinas decidan sobre la vida e integridad de seres humanos.
El punto de partida se dio en febrero, en Costa Rica, con la conferencia regional sobre el impacto social y humanitario de los sistemas de armas autónomas. El Communiqué de Belén, documento que recogió los acuerdos y compromisos de 33 Estados de América Latina y El Caribe participantes de la reunión de Costa Rica, reconoció que resultaba imperativo contar con un instrumento legalmente vinculante que asegure el mantenimiento del control humano significativo en la operación de estos sistemas. Esta decisión regional ha marcado un hito histórico en el lento camino hacia una nueva ley internacional sobre armas autónomas.
Ahora bien, aunque todavía es muy pronto para hablar de salidas concretas a diez años de bloqueos en el foro de las Naciones Unidas dedicado a este tema, el ambiente imperante en la primera reunión de expertos gubernamentales (GEG) del mencionado espacio, da cuenta de un inusual y prometedor impulso. Es cierto, la vetusta puerta que durante una década ha imposibilitado que se avance hacia de una nueva ley internacional aún no parece moverse. Sin embargo, con los resultados de la reunión de Costa Rica y las intervenciones de la mayoría de las delegaciones en la primera reunión del año en Naciones Unidas, la otrora inamovible puerta ya no parece tan infranqueable. A continuación, un recorrido analítico de lo sucedido en estos primeros tres meses.
Costa Rica: El primer hito

El permiso a la esperanza inició en Costa Rica, concretamente, en Ribera de Belén. La conferencia regional de Costa Rica sobre el impacto social y humanitario de los sistemas de armas autónomas, efectuada entre el 23 y 24 de febrero de 2023, dio como resultado el Communiqué de Belén, documento firmado por 33 Estados de América Latina y El Caribe. Dicho documento, además de reconocer que “las tecnologías emergentes plantean retos concretos a la paz y la seguridad internacionales, y suscitan nuevos interrogantes sobre el papel de los seres humanos en la guerra”, destaca lo primordial que es “mantener un control humano significativo para evitar una mayor deshumanización de la guerra, así como para garantizar la rendición de cuentas individual y la responsabilidad del Estado.” 1   

El Comunicado de Belén releva también lo urgente que resulta la negociación de “un instrumento internacional jurídicamente vinculante” que incluya “prohibiciones y regulaciones respecto a la autonomía en los sistemas de armas, a fin de asegurar el cumplimiento del Derecho Internacional, incluyendo el Derecho Internacional Humanitario y perspectivas éticas, así como la prevención del impacto social y humanitario que conlleva la autonomía en sistemas de armas”.

Con la conferencia de Costa Rica y este importante documento se marcaba un hito histórico en el largo camino hacia un marco legislativo internacional sobre los sistemas de armas autónomas.  No solo porque este encuentro se constituyó en el primer encuentro regional estatal sobre armas autónomas fuera del ámbito de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW en adelanta –por sus siglas en inglés – Convention on Certain Conventional Weapons,), donde dicho tema lleva en discusión por diez años sin arribar a conclusión alguna, sino también porque ha trazado el camino hacia lo que es posible y lo que debe hacerse.

Una palabra clave: Urgente

Tal y como se indicó líneas arriba, los Estados firmantes del Communiqué de Belén, liderados por el gobierno de Costa Rica, dieron un decisivo paso al potenciar los importantes argumentos contenidos en dicho documento con una palabra clave: Urgente.

Hablar de urgencia frente al tema de la amenaza de los sistemas de armas autónomas no se constituye en un capricho o una exageración. La rapidez con la que la tecnología autónoma avanza amenaza con avasallar los lentos procesos diplomáticos hoy dominantes. Y mientras en el único foro internacional donde los Estados podrían iniciar acciones concretas a favor de una ley internacional sobre estas armas, como es la CCW, no logra avanzar hacia el inicio de las negociaciones, el riesgo de su creciente uso en escenarios de conflicto armado se apuntala a ser cada vez mayor.

En efecto, esta tecnología ya está siendo aplicada en sistemas de armas utilizados en escenarios de combate. Tal es el caso, por ejemplo, de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Según indica Stop Killer Robots, en 2022 se reportó el uso del sistema KUB-BLA (también conocido como KYB-UAV) por parte de Rusia; este sistema, conocido como ‘munición merodeadora’, es un pequeño dron que puede buscar y luego explotar en un objetivo previsto.” 2  Al parecer, este caso no habría sido un uso aislado, sino, todo lo contrario, pues, tal y como se indica en un reciente artículo sobre las lecciones que nos deja la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la inteligencia artificial ha llegado a ser central en este conflicto. 3

Ya anteriormente, concretamente en marzo de 2021, un informe del Panel de Expertos de la ONU sobre Libia daba cuenta del uso de “vehículos aéreos de combate no tripulados o sistemas de armas autónomos letales como el STM Kargu-2  (…) y otras municiones de merodeo.” Dicho documento indicó además que «los sistemas letales de armas autónomas fueron programados para atacar objetivos sin requerir conectividad de datos entre el operador y la munición.” 4  Desde entonces, ha habido numerosos informes de enjambres y otros sistemas de armas autónomos que se utilizan en los campos de batalla de todo el mundo. 5 Por ende, el uso de la tecnología autónoma en los conflictos armados ya no es un problema del mañana. Es una tecnología que se utiliza en la actualidad y “prevalecerá cada vez más en el futuro”. 6

En este sentido, contar con nueva legislación internacional que prohíba y regule estos sistemas de armas es un paso urgente y necesario. Su repetido uso en escenarios de guerra es evidencia que los argumentos de que se constituyen en amenazas futuristas han quedado en la ficción. Estos sistemas de armas ya han empezado a ser utilizados y muchos expertos consideran que contar con sistemas autónomos equivale a contar con un arma de destrucción masiva.

El impacto de Costa Rica en la CCW

La palabra urgencia sin embargo no ha sido muy bien recibida por aquellos Estados que han estado bloqueando en la CCW cualquier avance hacia una nueva legislación internacional sobre armas autónomas. Tales Estados, como son Australia, China, India, Irán, Israel, Corea del Sur, Rusia, Turquía, el Reino Unido y los Estados Unidos, son coincidentemente los que invierten millones de dólares “en aplicaciones militares de inteligencia artificial y tecnologías relacionadas para desarrollar sistemas de armas autónomos basados ​​en aire, tierra y mar.” 7

Y aunque esta constante no cambiaría mucho en la primera reunión del año del Grupo de Expertos Gubernamentales -GEG- de la CCW (llevada a cabo en la primera semana de marzo de 2023), sí fue evidente cierta modificación en el tono y firmeza de las voces de los Estados que vienen impulsando la necesidad de iniciar cuanto antes las negociaciones de una nueva legislación internacional sobre armas autónomas.

Como es sabido, para dicha jornada, fueron remitidos cinco documentos de trabajo. 8 Tres de ellos, elaborados por Austria, el Estado de Palestina y Pakistán, destacaron la necesidad de contar con nuevas reglas legales que incluyan prohibiciones de aquellos sistemas de armas que funcionan sin control humano significativo, así como obligaciones y límites positivos.  En el caso de los documentos de Austria y Palestina, se incluyó la petición de prohibiciones de aquellos sistemas de armas que se dirijan a los humanos, a fin de proteger la dignidad humana y hacer frente a los desafíos legales y éticos implicados en el uso de esta tecnología en los sistemas de armas.9

A lo largo de las discusiones del GEG, fue evidente que una clara mayoría de Estados ven la necesidad urgente de un instrumento legalmente vinculante, que asegure el control humano significativo en el uso de la fuerza, prohibiendo principalmente aquellos sistemas de armas autónomas que incluyan en su funcionamiento la posibilidad de atacar seres humanos. 10

Es así que podemos afirmar que el liderazgo político y moral demostrado por los Estados de América Latina y El Caribe, al suscribir el Communiqué de Belén, se hizo sentir en la semana de la reunión de expertos gubernamentales de la CCW. Y es que, uno de los principales llamados que dicho documento incluyó, el de la urgencia de iniciar negociaciones para contar con un instrumento legalmente vinculante sobre armas autónomas, se impuso como uno de los ejes más resaltantes de las intervenciones no solo de los países de la región que forman parte de este foro de las Naciones Unidas, sino también por parte de otros países del llamado Sur Global: Filipinas, Pakistán, Palestina, entre otros.

De esta manera, según lo expresado por gran parte de las delegaciones participantes de estas reuniones -entre ellas, el Perú- ratificaron su compromiso con los acuerdos alcanzados en la reunión de Costa Rica e hicieron un llamado a la Urgente negociación de un instrumento jurídicamente vinculante sobre los sistemas de armas autónomas que seleccionarían y atacarían objetivos a partir del uso de sensores y en desmedro de la intervención humana.

Pero aún hay mucho camino por recorrer

Si bien el camino hacia un nuevo tratado sobre armas autónomas se presenta aún escabroso, con la conferencia regional de Costa Rica, pareciera que se van formando mayores puntos de encuentro decididos a acelerar los procesos y proponer acciones concretas que desemboquen en el inicio de las negociaciones de un instrumento legalmente vinculante.

Tal y como lo precisó Stop Killer Robots, durante la primera reunión del 2023 del GEG fue posible percibir avances importantes en las posiciones estatales. Por un lado, los Estados reconocieron los graves riesgos impuestos por los sistemas de armas autónomas y mostraron de forma mayoritaria su acuerdo para trabajar en soluciones concretas. De otro lado, se percibió un notorio énfasis en la necesidad de asegurar el control humano significativo en todas las funciones críticas de detección, selección y compromiso de objetivos, así como en la centralidad de prohibir aquellos sistemas que ataquen humanos.  

Ahora bien, todavía persiste la capacidad de influencia de una pequeña minoría de Estados que continúan bloqueando toda posibilidad de iniciar las negociaciones de un instrumento legalmente vinculante.

Es precisamente por esta razón que, en su última intervención, Stop Killer Robots fue enfático en reiterar que los avances registrados en esta primera reunión solo serán válidos si se reflejan en un informe que posibiliten acciones concretas durante este año. Esto es, superar las diferencias y llegar a un acuerdo en conjunto para iniciar las negociaciones de una nueva ley internacional sobre armas autónomas en el menor corto plazo posible. La próxima reunión del Grupo de Expertos -mayo de 2023- debería traducir en hechos concretos este generalizado consenso, de lo contrario, tal y como SKR lo sostuvo en su declaración, perdería su credibilidad.

En efecto, la espera ya ha sido demasiada. Y resulta cada vez más insostenible que el llamado mayoritario siga siendo acallado por unos pocos Estados que han decidido invertir cuantiosamente en una tecnología que, al ser aplicada a las armas, se convierte en grave amenaza humanitaria. Una nueva ley internacional permitiría que se trace, con determinación y firmeza, una línea moral y legal clara contra aquellas máquinas que tienen la capacidad de matar personas.  

Urge entonces que los Estados den una respuesta eficaz y adecuada a los riesgos humanitarios, legales, éticos, de seguridad y ambientales, de los sistemas de armas autónomas. Y si este año no logra desbloquearse el estancamiento imperante en la CCW, es imperativo que los Estados evalúen espacios alternativos. No estamos más ante una amenaza del futuro. Estos sistemas de armas ya están siendo utilizados en conflictos armados de amplia envergadura. ¿Qué estamos esperando?

2 Visitar: https://www.stopkillerrobots.org/news/autonomous-weapon-systems-used-in-ukraine/

3 Visitar: https://www.realcleardefense.com/articles/2023/03/11/lessons_from_ukraine_many_dont_want_to_hear_886750.html

4 Visitar: https://www.npr.org/2021/06/01/1002196245/a-u-n-report-suggests-libya-saw-the-first-battlefield-killing-by-an-autonomous-d

5 Visitar: https://futureoflife.org/aws/an-introduction-to-the-issue-of-lethal-autonomous-weapons/#:~:text=What%20are%20lethal%20autonomous%20weapons,human%20targets%20without%20human%20intervention

6 Visitar: https://www.realcleardefense.com/articles/2023/03/11/lessons_from_ukraine_many_dont_want_to_hear_886750.html

7 Visitar: https://www.hrw.org/news/2023/03/06/latin-america-and-caribbean-nations-rally-against-autonomous-weapons-systems

8 Para información completa sobre los documentos de base discutidos en esta reunión, visitar: https://reachingcriticalwill.org/disarmament-fora/ccw/2022/laws/documents

9 Visitar: https://www.stopkillerrobots.org/news/states-make-progress-on-policy-at-un-discussions-as-momentum-builds-towards-treaty-on-aws/

10 Durante los cinco días de conversaciones en la CCW, los Estados intercambiaron posturas y argumentos en torno a lo fundamental que es asegurar la aplicación plena del Derecho Internacional Humanitario (DIH) en cada una de las fases del ciclo de vida de los sistemas de armas autónomas. Asimismo, muchas de las delegaciones destacaron la importancia de la aplicación de posibles prohibiciones y regulaciones, haciendo especial énfasis en la prohibición de aquellas armas que no con cumplen con el Derecho Internacional, particularmente con los principios del DIH. Un importante número de delegaciones resaltaron la importancia de asegurar el control humano significativo en el uso de la fuerza y destacaron la importancia de asegurar la participación humana para que los principios de distinción, proporcionalidad y prevención del ataque, así como los de responsabilidad y rendición de cuentas puedan ser aplicados.